sábado, 20 de julio de 2013

PANAMÁ RECUPERA SUS SITIOS HISTÓRICOS

Una vista de la bahía de Panamá que muestra la Cinta Costera, el Casco Antiguo y la calzada que lleva a las islas Naos, Perico, Culebra y Flamenco.

El país, conocido por el canal interoceánico y últimamente por su crecimiento económico, trata ahora de rescatar los lugares Patrimonio de la Humanidad

Fuente diario El País.

La inversión más importante que ha realizado el Estado panameño para la conservación de sus sitios históricos en los últimos años es el proyecto Preservación del Patrimonio Histórico de la Ciudad de Panamá, cuyo principal objetivo ha sido la reubicación de la vía Cincuentenario, que antes atravesaba el sitio arqueológico de Panamá Viejo.
Con un coste de 175 millones de dólares, el proyecto también incluye una serie de trabajos para mejorar las condiciones generales del Casco Antiguo, que junto al parque arqueológico integra un conjunto monumental declarado Patrimonio de la Humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés).
Los dos lugares están ligados históricamente: en 1519 se fundó la primera ciudad europea del Pacífico en lo que hoy se conoce como Panamá Viejo, aunque en 1671 sufrió un ataque pirata que la destruyó; dos años después fue reconstruida a unos kilómetros de distancia, en el actual Casco Antiguo. Las dos ciudades se encuentran separadas por numerosos barrios edificados en el siglo XX, y unidas por un eje de comunicación vial que abarca el Corredor Sur (un puente marino que pasa frente a las ruinas de Panamá Viejo) y la primera y segunda fases de la Cinta Costera, un parque lineal con vialidades.
“La reubicación de la vía Cincuentenario ha sido un gran legado de esta generación, pues solo ahora el sitio tiene la configuración de un parque arqueológico. Esto nos permite una mejor lectura y una interpretación integral de los valores patrimoniales del sitio. Además, y esto es algo muy importante, el parque tiene una ubicación privilegiada que facilita la promoción del valor intrínseco del Patrimonio Histórico entre la ciudadanía y los turistas”, asegura María Eugenia Herrera, directora del Instituto Nacional de Cultura.
La obra para el nuevo tramo de la carretera, de poco menos de tres kilómetros, también ha dado lugar a nuevas investigaciones arqueológicas.
El proyecto prevé reubicar la vía Cincuentenario de la capital
La titular de la Dirección Nacional de Patrimonio Histórico (DNPH) del INAC, Sandra Cerrud, explica que se solicitó al contratista realizar prospecciones arqueológicas y rescatar los hallazgos como un requisito para la construcción. Estos rescates incluyeron la documentación detallada y la entrega de las piezas a la DNPH.
Tras la reubicación de la vía, el paisaje del sitio arqueológico deja ver con claridad que se trató de una ciudad de cierta importancia, con una catedral y numerosos edificios con paredes de calicanto, pisos de canto rodado, pozos y aljibes.
“A raíz de la declaratoria de Patrimonio Mundial, en 1997, la Unesco solicitó a Panamá la reubicación de la vía. Finalmente, en esta Administración se logró este importante hecho”, narra Raúl Castro, subdirector del INAC y representante de la entidad en el Patronato Panamá Viejo, que, desde su creación en 1995, administra el sitio.
Los miembros del Patronato Panamá Viejo, que anhelaban la reubicación de la vía, hoy se muestran llenos de entusiasmo por desarrollar proyectos ampliamente estudiados. “Con el cambio de la vía Cincuentenario se podrá transformar Panamá Viejo en un Parque Arqueológico e Histórico, abierto al público, con facilidades para su recorrido y disfrute; es decir, se va a ganar un espacio público con un valor patrimonial, cultural y natural”, según Julieta de Arango, directora ejecutiva del patronato.
Torre de la catedral, icono del parque arqueológico de la zona vieja. / Tito Herrera
La organización también tiene un proyecto para la Recuperación de la Plaza Mayor de Panamá Viejo. En esta zona se construirá un museo infantil interactivo y una edificación que recreará una casa colonial.
“Estamos creando un jardín que permita interpretar los espacios verdes en el sector de Puente del Rey y próximamente se iniciará el retiro del asfalto de la vieja avenida Cincuentenario y la recuperación tanto del trazado urbano de la ciudad colonial como de los espacios verdes”, agrega De Arango.
Aunque la consolidación de Panamá Viejo como un parque arqueológico es la iniciativa más destacada en materia de recuperación de monumentos históricos, hay que destacar que también se están desarrollando trabajos en el Casco Antiguo, que también son parte del proyecto Preservación del Patrimonio Histórico de la Ciudad de Panamá.
El enfoque principal de estos trabajos, que culminarán a principios de 2014, es sustituir infraestructuras obsoletas y colapsadas de agua potable, alcantarillado y drenaje pluvial, así como colocar un adoquinado nuevo en las calles y construir un estacionamiento para desahogar el congestionamiento en el interior del casco. También incluye el soterramiento de cables eléctricos y de comunicaciones que aún se pueden observar adosados improvisadamente a las viejas paredes del Casco Antiguo.
Por esta zona histórica circulan diariamente cientos de turistas y visitantes, que ya pueden apreciar las nuevas luminarias que se están colocando acorde a la arquitectura de la zona, además de la reparación de aceras en mal estado y adoquinado de las calles.
El Casco Antiguo mezcla estilos arquitectónicos, desde el siglo XVII hasta el XX.
Cerrud considera que los trabajos que se están realizando tienen un impacto positivo que va más allá de las obra de ingeniería: “Este proyecto está incentivando a los propietarios de inmuebles a restaurarlos, porque se dan cuenta de que el barrio se está adecuando a la vida moderna, pero conservando su valor histórico”.
Aclara también que existe una gama de incentivos legales y fiscales para que los propietarios acometan restauraciones en sus edificios.
“El Informe de Estado de Conservación, presentado en 2013, muestra que el 72,1% de los 523 edificios ubicados dentro del Casco Antiguo se encuentran en buen estado, una mejora significativa en comparación con las condiciones en el momento de su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial“, continúa Cerrud.
María Fernández, una turista sevillana que visitaba recientemente el Casco Antiguo de Panamá, cuenta que encontró escenas que superan lo que había visto en fotos. “Es un país muy rico en historia y paisajes culturales, y están haciendo un trabajo maravilloso en el Casco Antiguo”, asegura.
En el litoral de la bahía de Panamá se está desarrollando un proyecto vial y urbanístico que responde a los planes de desarrollo de la ciudad planteados en las últimas dos décadas. Así lo han afirmado en diversas ocasiones los representantes del Ministerio de Obras Públicas.
La obra dio comienzo en 2007, y ya están abiertas al público las dos primeras etapas y parte de la tercera, que sigue en construcción.
Las autoridades del MOP también han explicado a la prensa local que la Cinta Costera es parte de un eje de circunvalación de la ciudad. La zona sur de este eje va desde el Puente de las Américas (que une a la capital con el área oeste del país) por toda la costa hasta el aeropuerto. El eje tiene un segmento denominado Corredor Norte, que completa el circuito.
Un tramo de algo menos de tres kilómetros de la Cinta Costera está compuesto por un viaducto marino que rodea el Casco Antiguo a más de 250 metros de distancia y contará con una zona para vehículos automotores y otra para peatones y ciclistas.
En la más reciente reunión del Comité de Patrimonio Mundial, realizada en Camboya, del 17 al 27 del pasado junio, esta obra suscitó el debate: algunos expertos opinaban que el viaducto tiene un impacto visual sobre el casco, pero la mayoría aseguraba que las vistas desde el sitio histórico hacia el mar no han sido consideradas como un atributo que transmita el Valor Universal Excepcional del sitio; en todo caso, señalan algunos expertos, el impacto será positivo, ya que la obra crea la oportunidad de apreciar el conjunto arquitectónico como monumento.
El Estado invertirá 175 millones de dólares en los trabajos de mejora
Esta última postura está respaldada por los estudios de impacto patrimonial que se han desarrollado sobre el proyecto y que han contado con la colaboración de expertos locales y extranjeros.
El impacto visual no está definido objetivamente en la Convención del Patrimonio Mundial ni en sus Directrices Operativas, de manera que este tipo de diálogo tiende a basarse en premisas subjetivas. De hecho, en marzo de este año se celebró una reunión de expertos de Unesco en India, donde concluyeron que es necesario profundizar en la definición del concepto integridad visual antes de que pueda convertirse en un criterio de evaluación objetiva de los impactos visuales.
Para llegar a un consenso sobre la relación del proyecto con el sitio histórico, los expertos de la Unesco decidieron ceñirse a los atributos de valor universal excepcional que justificaron la inscripción como Patrimonio Mundial. Estos atributos son la traza urbana y el loteo, las fortificaciones, 17 edificios sobresalientes (catedral, Museo del Canal, Presidencia, etcétera), las viviendas y el Salón Bolívar.
El plan supone la mayor inversión panameña en conservación
“La Cinta Costera no está vinculada con ninguno de los atributos definidos en 1995 por el Estado Parte y aceptados en la inscripción”, asegura el arquitecto Eduardo Tejeira, quien participó en la comisión que redactó el expediente original para la inscripción del Casco Antiguo en la lista de Patrimonio Mundial, lo que se logró en 1997. Hoy forma parte del equipo de especialistas que desarrolló un estudio de impacto del proyecto Cinta Costera sobre los atributos de valor universal del sitio histórico.
La principal conclusión de la reunión de la Unesco fue solicitar a Panamá que convoque una comisión de alto nivel para estudiar los límites de una zona de amortiguamiento del Conjunto Monumental Casco Antiguo-Panamá Viejo y hacer una revisión de los atributos de valor universal excepcional.
“Cuando se redactó el expediente original, en 1995, tanto los criterios de valoración como la descripción de los atributos no se formularon con el grado de detalle que se discute hoy día, especialmente frente a los retos del desarrollo, por lo que las modificaciones representan una oportunidad para establecer con mayor claridad el alcance de la conservación y la relación con el entorno”, explica Tejeira.
Las autoridades panameñas del INAC, que asistieron a la reunión acompañadas por técnicos y asesores sobre temas patrimoniales y sobre el proyecto Cinta Costera, aseguran que la comisión de alto nivel será invitada a Panamá en un breve plazo. La propuesta de modificación de los atributos será evaluada en la reunión anual de 2015, aunque ya no existe el riesgo de incluir el sitio en la Lista de Patrimonio en Peligro por la obra de la Cinta Costera.

El germen de unas naciones unidas

M. J. Q.
El Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá es una mezcla de estilos arquitectónicos que dieron comienzo a finales del siglo XVII y continuaron hasta mediados del XX. De la antigua muralla que se edificó para proteger a las 300 familias que habitaban intramuros, sólo queda un tramo frente al mar y algunos vestigios incrustados en el actual barrio de San Felipe.
Pero el valor histórico de este conjunto monumental está más allá de su muralla.
El arquitecto Eduardo Tejeira, especialista en historia de la arquitectura, explica que “esa mezcla fue precisamente uno de los atributos de Valor Universal Excepcional que reconoció el Centro de Patrimonio Mundial. Lo importante del Casco Antiguo no es que sea colonial, sino que posee una arquitectura que ha evolucionado armónicamente a lo largo del tiempo. Adicionalmente, todos los estilos arquitectónicos poscoloniales que aparecen en el Casco Antiguo (neoclásico, neorrenacentista, art nouveau, art déco...) son testimonio de procesos históricos y sociopolíticos relevantes para la valoración patrimonial”.
Precisamente en la antigua ciudad se encuentra el Salón Bolívar, dentro del palacio del mismo nombre. Ahí se desarrolló en 1826 un encuentro de países denominado Congreso Anfictiónico de Panamá, que fue convocado por el libertador Simón Bolívar y que está considerado como el primer intento de crear una unión de países como la actual ONU.


MASADA, UN ASEDIO LEGENDARIO

 

Rocas usadas por los defensores contra el asedio de los romanos en la fortaleza de Masada. / Dan Porges

Fuente diario El País

Masada, un asedio legendario

Visita a la fortaleza junto al Mar Muerto en la que los judíos resistieron a los romanos

 

El Mar Muerto, entre Israel y Jordania, es un lago endorreico sobre cuyas aguas Jesucristo o algún otro profeta ambicioso podría volver a caminar con elegancia. Endorreico quiere decir que no evacua agua ni por desagüe ni por infiltración, solo evaporándola. Esta situación, sumada a su riqueza en minerales y una extraordinaria salinidad (del 280%), provoca que ningún ser vivo pueda habitar allí. Sin embargo, la especial densidad de esas aguas muertas es aprovechada por los turistas para fotografiarse flotando como pequeños mesías satisfechos.
Para llegar al Mar Muerto desde el interior de Israel hay que atravesar el desierto de Judea. Esta tierra baldía, donde cualquier signo de vida es un milagro, es la Tierra Santa que se han disputado las tres religiones monoteístas durante generaciones y aún ahora constituye un objeto de discordia entre Israel y Palestina. El lugar ofrece, además, el amplio y apabullante eco de tantos pasajes de la Biblia. A orillas del Mar Muerto se encontraron los manuscritos o rollos de Qumrán (se puede visitar una instalación audiovisual alusiva in situ). Y aquí estaban también las ciudades legendarias de Sodoma y Gomorra, aunque no se dispone de evidencias arqueológicas al respecto. A escasos cinco kilómetros de su costa suroccidental, en cambio, se alza un emplazamiento no menos mítico, pero perfectamente documentado: Masada.
La fortaleza de Masada, en Israel. / Cosmo Condina
Masada, un término romanizado que en hebreo significa “fortaleza”, es un macizo espectacular en forma de pirámide truncada, que se alza a 450 metros sobre el nivel del Mar Muerto. Como este se halla muy por debajo del Mediterráneo —ya que es, de hecho, uno de los puntos más bajos del planeta—, el resultado es que Masada solo sobresale unos 60 metros sobre el antiguo Mare Nostrum. Los usos de este emplazamiento incluyen funciones militares desde antes de Cristo, pero fue el rey Herodes el que decidió su completa fortificación ante la amenaza de Cleopatra VII de Egipto. Su conversión en leyenda, no obstante, tuvo lugar durante la primera guerra judeo-romana. En esa época un grupo de sicarios (secta hebraica) se hizo fuerte en Masada, capitaneados por Eleazar ben Yair, y desafió el poder romano. El gobernador de Judea, Lucio Flavio Silva, decidió asediar la fortaleza. La defensa del sitio, sin embargo, no constituía un gran problema, puesto que solo había dos rutas de acceso, ambas de fácil defensa. Los huertos del interior del baluarte proporcionaban además comida fresca y un ingenioso sistema de excavaciones en las rocas donde almacenaban el agua de lluvia en cisternas subterráneas. Así pues, comenzó un largo asedio, cuyos pormenores nos han llegado gracias a la crónica La guerra de los judíos, escrita por el historiador Flavio Josefo.
Lo que hicieron los romanos fue construir una gran rampa (llamada agger, del verbo latino aggero, “hacer un montículo”) para poder quebrar la defensa por el lado occidental. El enorme terraplén, que aún hoy se puede observar cuando se visita este lugar, formado por miles de toneladas de piedra y tierra, constituye una de las estructuras de asedio más formidables de la época. Corría el año 73 después de Cristo cuando la estructura fue finalizada, tres meses después de haberse iniciado su construcción y tras siete meses de asedio. A partir de ahí era solo cuestión de tiempo que los romanos penetraran en la fortaleza.

Una leyenda trágica

Entonces tuvo lugar el hecho que catapultó a los defensores dentro de la leyenda, y colocó a Masada en la estela de topónimos como Numancia o Sagunto. Eleazar ben Yair reunió a sus huestes y les propuso darse muerte para evitar ser hechos prisioneros. Para sortear de alguna forma la prohibición del suicidio en la religión judía, acordaron que los hombres acabaran con la vida de sus familias, de manera que solo quedaran 10 con vida. Luego un solo varón, elegido a sorteo, acabó con la vida de los otros, incendió el fortín y finalmente se dio muerte a sí mismo.
Javier Belloso
Esta lucha épica, esta resistencia desesperadamente numantina ante el poder de Roma de unos pocos judíos acabó por convertir Masada en el lugar mítico que es hoy en día. Ahora mismo las facilidades para llegar allí por carretera son notables. Un moderno funicular provee un rápido y descansado ascenso al macizo. Este pequeño oasis en el desierto es muy frecuentado por escolares o militares israelíes, ya que forma parte de la mística de la construcción del Estado judío. Viniendo de Jerusalén, se puede llegar hasta allí cómodamente en autobús, o negociando el precio con algún taxista local.
No deja de ser una ironía que esta zona del planeta —un mar muerto orillado por un gran desierto— sea una de las más disputadas en un conflicto eterno. Pero para eso viajamos: para entender mejor nuestras contradicciones reflejadas en las de los otros.

jueves, 18 de julio de 2013

ESTUDIO ZOOARQUEOLÓGICO Y DE GANADERIA EN AL ANDALUS


Marcos García García. Doctorando. Universidad de Granada-University of Sheffield.

Fuente Arqueología Medieval


Las presentes líneas pretenden incidir en la potencialidad que la aplicación del análisis zooarqueológico presenta en relación al estudio histórico del período andalusí. Debido al escaso interés que hasta el momento se ha prestado a este tipo de análisis en nuestro ámbito de estudio, se presentan a continuación una serie de ideas que tratan de demostrar su validez como herramienta capaz de aportar luz sobre un tema largamente obviado por la historiografía tradicional como es la economía animal desarrollada por aquella sociedad.
ESTUDIO ZOOARQUEOLÓGICO Y GANADERÍA EN AL-ÁNDALUS: ENUNCIADO DE NECESIDADES Y POSIBILIDADES
Marcos García García. Universidad de Granada-University of Sheffield

Introducción

Las presentes líneas pretenden incidir en la potencialidad que la aplicación del análisis zooarqueológico presenta en relación al estudio histórico del período andalusí. Debido al escaso interés que hasta el momento se ha prestado a este tipo de análisis en nuestro ámbito de estudio, se presentan a continuación una serie de ideas que tratan de demostrar su validez como herramienta capaz de aportar luz sobre un tema largamente obviado por la historiografía tradicional como es la economía animal desarrollada por aquella sociedad. Posibilidades y necesidades de la aplicación de la zooarqueología en contextos andalusíes serán, pues, las ideas fundamentales sobre las que gire este texto.
Se partirá aludiendo a algunos de los elementos fundamentales que en nuestra opinión han determinado el escaso interés hacia este tipo de estudios, considerando el insuficiente tratamiento historiográfico del tema de la ganadería andalusí como factor determinante. A continuación se tratará de demostrar cómo el estudio de los restos óseos animales recuperados mediante metodología arqueológica puede generar un interesante conocimiento que conduzca a una mejor comprensión de las dinámicas socioeconómicas y culturales durante este período. Para ello se hará alusión a una serie de cuestiones específicas concernientes al campo específico de la arqueología andalusí.

Necesidades
La necesidad de la aplicación del estudio zooarqueológico en nuestro campo de estudio fue ya apuntada, en un artículo publicado en 1988, por José M. Torres (1). En él, el autor realizaba una meritoria defensa de los análisis arqueofaunísiticos, señalando algunas de las virtudes y problemas que presentan en relación al conocimiento de la historia de al-Ándalus. No somos, por tanto, los primeros (tampoco seremos los últimos), que defiendan la aplicación de nuevas técnicas de análisis como único recurso para llegar a aproximarnos a aspectos del pasado difícil, cuando no imposible, de conocer de otra manera.
Trataremos así en nuestra redacción de no aludir a los mismos puntos que ya tratase José M. Torres hace más de dos décadas en el citado trabajo. Nuestra intención será simplemente la de presentar algunos de los motivos por los que, desde nuestro punto de vista, el tema de las prácticas ganaderas desarrolladas durante el período andalusí ha gozado de un escasísimo éxito historiográfico, para a continuación tratar de incidir sobre la necesidad y relevancia de su estudio.
Es sabido que el sector ganadero ha dejado escasas trazas en las fuentes escritas de este período, siendo por tanto difícil su rastreo e interpretación debido a la naturaleza fragmentaria de esa documentación (2). De igual manera se debe señalar el argumento largamente esgrimido de la existencia de una supuesta contradicción práctica entre ganadería y agricultura irrigada. Éstos, junto a otros factores (3), han supuesto que se relegue la actividad ganadera al desempeño de un papel secundario, cuando no marginal, en el conjunto de las estrategias económicas desarrolladas por la sociedad andalusí. De manera paralela, el foco de interés de la investigación sobre este período ha primado ante todo la compresión de los procesos ligados a la agricultura de irrigación (4), consecuencia del relevante papel económico y la trascendencia social de dicho fenómeno. Así pues, el difícil rastreo documental debido a la invisibilidad en las fuentes escritas, sobre todo tempranas, así como esa supuesta disociación entre práctica ganadera y agricultura irrigada, pensamos que son dos de las causas fundamentales que han lastrado el estudio de la ganadería en al-Ándalus.
Ante este panorama, quisiéramos tratar de incidir sobre la necesidad del estudio de las estrategias ganaderas desarrolladas por la sociedad andalusí mediante la introducción de una serie de elementos que coinciden al señalar la relevancia, largamente negada, de este sector en al-Ándalus. Nuestra intención queda lejos de cuestionar los planteamientos derivados de esa línea de investigación que ha centrado el interés en la comprensión de los mecanismos ligados a la agricultura irrigada, base por otro lado de muchos de los trabajos esenciales para el estudio de al-Ándalus. Sí que quisiéramos, sin embargo, introducir un matiz mediante la alusión a un factor que ya ha sido señalado, entre otros, por L. Cara (5) y que consideramos de esencial importancia. La alta productividad que supone la tierra puesta en cultivo mediante la técnica de irrigación sólo puede ser mantenida mediante una mecánica que permita la reposición de la fertilidad de la tierra (6). Aunque el aporte hídrico es un elemento fundamental sin el cual sería impensable la construcción de cualquier espacio irrigado, el mantenimiento y la intensidad de los labrantíos andalusíes no hubiera sido posible sin el esencial aporte de materia orgánica en forma de abonado. Ambos elementos, agua y materia orgánica, estarían asociados a territorios más amplios, por lo que vendrían canalizados o movilizados hacia los terrenos de cultivo mediante diversos métodos. Mientras que lo referente al aporte hídrico, base lógica de la técnica de irrigación, ha sido objeto de estudio por una consolidada tradición de análisis arqueológicos e históricos (7), lo relativo al aporte de la materia orgánica necesaria no ha gozado, en nuestra opinión, de la atención merecida. La movilización, por tanto, de dichos nutrientes en la forma de estercolado o redileo mediante los aprovechamientos ganaderos es una de las claves que explican el incremento productivo que supuso la agricultura andalusí y cuyo estudio se hace necesario para su completa comprensión.
Somos conscientes de la amplitud del término cuando nos referimos a la idea de “agricultura andalusí” como un todo. Fueron diversos los tiempos y ritmos en la implantación de una organización agrícola basada fundamentalmente en la irrigación, por lo que es evidente que esos límites impuestos a la práctica ganadera por un sistema basado en los campos irrigados dependieron en gran medida de la presencia y extensión de los últimos. Sin embargo, es necesario tener presente que en los sistemas agrarios “tradicionales”, « (…) los terrenos no cultivados desempeñan el papel de “fábrica” de nutrientes, que se movilizan después, por procedimientos diversos, hacia las áreas cultivadas» (8). En consecuencia, si el espacio irrigado es el resultado de una decisión social (9), pensamos que se hace necesario incluir en su estudio lo relativo a la gestión de los rebaños y de los productos secundarios por ellos generados como el estiércol. Consideramos, en definitiva, imprescindible el replanteamiento de esa supuesta disociación existente entre práctica ganadera y agricultura irrigada, ya que la complementariedad entre ambos sectores de la economía rural andalusí no sería sólo posible sino, y es lo que quisiéramos remarcar, imprescindible.
Esta observación, más teórica que práctica, que acabamos de hacer, debe ponerse en relación con el conocimiento que por el momento poseemos acerca de la explotación del recurso ganadero en al-Ándalus. Son escasos los trabajos que han tratado de estudiar este fenómeno. Sin embargo, lo poco que se ha hecho en este campo parece apuntar hacia una mayor importancia de la explotación ganadera de la que tradicionalmente se le viene atribuyendo. En el terreno de la arqueología del paisaje, las investigaciones llevadas a cabo en la zona del sureste peninsular han evidenciado la existencia de un importante conjunto de espacios ganaderos articulado por una red de aljibes abrevaderos que demuestran la relevancia económica y la especialización productiva de la ganadería andalusí, ante todo de última época (10). Igualmente interesantes son los resultados de la línea de investigación que ha estudiado la explotación salinera y el papel determinante que juega dicho recurso en la economía ganadera (11). Por último, cabe citar algunos trabajos que en nuestro ámbito de trabajo más próximo coinciden en las mismas líneas básicas, como el estudio de S. Villar en la zona del Quempe granadino (12) o el reciente trabajo de A. Malpica sobre la explotación ganadera durante la etapa nazarí (13).
Por otro lado, la tímida aplicación que hasta el momento se ha venido realizando del estudio zooarqueológico en contextos excavados de etapa andalusí ha evidenciado que la práctica ganadera fue una actividad claramente asentada en las comunidades de esta época. Aunque es posible destacar algunos trabajos que se han demostrado de gran relevancia por el interesante conocimiento que han aportado (14), permítasenos citar un caso propio. La primera aproximación al estudio zooarqueológico de Madinat Ilbira, concentrado en un depósito utilizado como vertedero durante las décadas centrales del siglo X, parece venir demostrado cómo la economía ganadera desarrollada por la comunidad generadora del residuo analizado se basó en un modelo de gestión autosuficiente tendente al máximo aprovechamiento de los productos animales y sus derivados (15). Este estudio está en sus primeras fases, ya que sólo una mínima parte del material recuperado en las diferentes campañas de excavación ha sido objeto de estudio. Sin embargo, la gran cantidad de material arqueofaunístico proveniente de las distintas áreas excavadas evidencia una importante presencia de la actividad ganadera en este asentamiento, que será posible conocer mediante la continuación de ese estudio que esperamos reanudar próximamente.
En consecuencia, la parcialidad y escasez de las fuentes escritas referentes al tema en cuestión invita a un acercamiento innovador desde una perspectiva, salvo en contadas excepciones, inédita en nuestro ámbito de investigación como es la zooarqueología. Y ello con la intención de mejorar nuestra comprensión acerca de la realidad del mundo rural andalusí, en el que lógicamente, no todo el territorio estaba compuesto por parcelas irrigadas. Con esa idea, nos parece imprescindible la integración del incipiente conocimiento de los aprovechamientos ganaderos andalusíes estudiados desde la óptica de la arqueología del paisaje, con el análisis de las trazas de dicha actividad materializadas en los conjuntos arqueofaunísticos provenientes de asentamientos de este período. A mostrar algunas de las posibilidades que presenta la zooarqueología en este sentido dedicaremos el siguiente apartado.



Posibilidades
No es nuestra intención abordar en esta pequeña síntesis toda la serie de aspectos que pueden ser estudiados mediante el análisis zooarqueológico, como tampoco lo es reflejar los problemas referentes a la influencia de los procesos tafonómicos o relacionados con la cuantificación e interpretación de las muestras arqueofaunísticas. Nuestro propósito pasará simplemente por presentar de manera esquemática una propuesta de estudio basada básicamente en dos elementos referidos a la historia de al-Ándalus sobre los cuales el estudio del material arqueofaunístico podría aportar un valioso conocimiento.
Será necesario previamente aludir, si quiera brevemente, al marco teórico en el que se inserta nuestra visión de esta disciplina, pues lo consideramos un punto de partida de gran importancia a la hora de tratar de demostrar la validez de esta disciplina en el caso que nos ocupa. Podemos partir de una definición del estudio zooarqueológico como el análisis de los restos animales sobre los que se ha aplicado fuerza de trabajo en el pasado. Dentro de esta amplia definición será posible englobar todo aquel resto de origen animal (huesos, dientes, astas, conchas, etc.) que ha sido consumido (sin entender consumo únicamente como ingesta) por una sociedad pasada (16). El interés radica por tanto en la consideración de los animales, no sólo como proveedores de carne o lana, sino como bienes dotados de una función social determinada por los atributos culturales que se derivan de la posesión, control y distribución de los productos por ellos generados (17). En consecuencia, el consumo del recurso animal y los restos que esa actividad genera deben ser considerados como una decisión social, siendo así posible mediante su estudio evidenciar la trama de relaciones que se establece entre los diferentes componentes de una realidad social concreta.
Es en el marco trazado por esta concepción de la disciplina zooarqueológica donde se inscribirá nuestra interpretación acerca de las posibilidades que su aplicación puede aportar en nuestro campo de estudio. Como ya se ha apuntado, no se pretenden desarrollar a continuación todo el abanico de cuestiones que pueden ser objeto de análisis a través de este estudio, sino que nos limitaremos a señalar brevemente dos aspectos que convierten al análisis del material faunístico recuperado de contextos arqueológicos andalusíes en una herramienta especialmente útil.
En primer lugar, se debe señalar que en el caso de las sociedades complejas y multiétnicas como fue la andalusí, los animales y sus productos suponen un elemento diferenciador entre grupos sociales, así como indicadores de la filiación étnica que igualmente se convierte en portadora de estatus social. La relación entre organización social y dieta es altamente compleja, aunque numerosos estudios han venido a demostrar cómo las normas que rigen las dietas son reflejo de diferencias sociales, siendo por tanto un potencial indicador de clanes, linajes, etnias o grupos colonizadores e indígenas, en consecuencia, grupos sociales. Son diversas las maneras mediante las cuales esos diferentes niveles de estatus socioeconómico aparecen reflejados en una muestra arqueofaunística, siendo posible mediante su análisis el acceso a esa información. Identidad y diversidad de las especies explotadas, abundancia relativa de taxa domésticos y salvajes, distribución anatómica, composición demográfica, curva de mortalidad de la población animal o marcas de carnicería son todos ellos elementos que pueden ser reflejo de prácticas relacionadas con el estatus.
Este elemento que claramente es común en cuanto a la aplicación de esta disciplina al estudio de cualquier sociedad compleja es en el caso de al-Ándalus de gran interés, ya que permite definir, mediante las pertinentes valoraciones acerca de la orientación económica de las comunidades estudiadas, los diferentes grados de autonomía de las comunidades campesinas y las relaciones establecidas entre estas y el estado. Este punto no es baladí, ya que como es bien sabido, en una sociedad tributaria como la islámica, la relativa lejanía del estado captador del excedente campesino permite a éstos organizar los procesos de trabajo, al contrario de lo que sucede, al menos en apariencia, en cualquier sociedad feudal. Mediante el estudio del registro arqueofaunístico es posible por tanto arrojar luz no sólo sobre las pautas de consumo del recurso animal, sino también conocer la base productiva que rige este sector económico. En otras palabras, el sistema de producción ganadero puede ser aprehendido mediante el análisis de los conjuntos óseos animales.
Así pues, a través de la observación de una serie de elementos como la composición taxonómica, la distribución esquelética, la curva de mortalidad o la distribución sexual de un conjunto arqueofaunístico, es posible llegar a inferir ciertos patrones que permiten aproximarnos a la orientación productiva del recurso ganadero. Se hace posible así determinar la presencia o ausencia de un centro distribuidor del producto animal que pudiera hacer pensar en un control de dicho recurso por parte de un ente externo a la comunidad campesina o, por el contrario, en una suficiencia basada en la autogestión ganadera de los productos animales por parte de dichas comunidades. Igualmente interesante será poder llegar a conocer las características de la producción ganadera mediante el estudio del nivel de los traslados sobre los que pudiera haberse basado el sistema pastoril. El análisis del radio de éstos, de nuevo mediante el estudio de la composición taxonómica y los patrones de edad, y siempre en relación con el estudio del territorio, mejoraría sustancialmente nuestro conocimiento acerca de la realidad campesina andalusí. A este respecto, el estudio de M. Moreno-García sobre el Castillo de Albarracín es un claro ejemplo de cómo, mediante la integración del estudio zooarqueológico, el análisis del territorio y el trabajo etnoarqueológico, es posible conocer el papel determinante que desempeñó la trashumancia en el paso de una economía de subsistencia durante la etapa andalusí, a una economía de mercado que, posiblemente ya presente en época taifa, aparece plenamente asentada tras la conquista cristiana (18). El estudio biométrico, por otro lado, permite establecer diferencias en la diacronía sobre la orientación de la producción ganadera. En este sentido, un reciente estudio de S. Davis sobre la evidencia de oveja (Ovis aries) y vaca (Bos taurus) de época medieval en el Sur de Portugal, ha demostrado un incremento de talla de la primera especie durante la etapa islámica, seguido por un aumento de la segunda tras la conquista cristiana. Este fenómeno puede reflejar según el autor dos estrategias diferentes tendentes al aprovechamiento de la carne de estas especies mediante una selección de los animales de mayor rendimiento cárnico, evidenciando así dos sistemas de producción ganaderos determinados por unos intereses específicos en cada uno de estos períodos (19).
Por todo ello, mantenemos que el estudio de las prácticas ganaderas andalusíes a través del análisis de sus restos materiales permitirá un mejor conocimiento de la producción campesina y, con ello, ponderar el grado de autonomía de las decisiones productivas de dichas comunidades, profundizando así en la comprensión de los procesos de trabajo, «condición de la inteligibilidad de todo el sistema social» (20).
En segundo lugar, un punto algo más confuso pero sobre el que quisiéramos igualmente llamar la atención, consiste en la posibilidad que supone la aplicación sistemática de este tipo de análisis a la hora de analizar los ritmos y tiempos seguidos por el proceso de islamización en un aspecto cultural como es la alimentación. La presencia o ausencia de restos de suido (Sus sp.) pensamos que puede ser interpretada, con la necesaria cautela, en términos de la evolución y consecuencia del fenómeno de islamización. En un trabajo relativo al estudio arqueofaunístico de un vertedero de época almohade excavado en Silves, los autores realizan una interesante síntesis de los estudios arqueozoológicos sobre material de época islámica publicados en la península Ibérica en busca de la presencia de suido (21). La comparación que realizan les lleva a proponer como posible la inferencia de distintos regímenes religiosos dentro del Islam a través de las diferentes «attitudes towards what was harram and what was halal» que pueden conocerse mediante el estudio de la alimentación (en nuestro caso, los restos materiales de ésta). Así pues, consideramos que la composición de un conjunto arqueofaunístico, entendido como reflejo de los patrones de consumo generados por una población humana, contiene información no sólo relacionada con las estrategias económicas desarrolladas por aquella sociedad, sino que también permite conocer las prácticas sociales y rituales de aquella, expresión externa de su estructura religiosa definida por las pautas culturales y étnicas reflejadas a su vez, entre otros aspectos, en sus códigos alimentarios.



Conclusión
Creemos, por todo lo dicho, que los estudios zooarqueológicos tienen mucho que aportar en este ámbito de investigación. El tema de la ganadería en al-Ándalus ha experimentado en los últimos años un renovado interés, impulsado por los avances en la investigación histórica agraria de época medieval desarrollados en Europa. La intención del presente texto ha sido la de incidir sobre una serie de aspectos que muestran cómo el estudio de los restos arqueofaunísticos permite generar conocimiento histórico relativo, no sólo a las pautas de consumo del recurso animal, sino también acerca de las estrategias productivas campesinas y los mecanismos socioeconómicos y culturales que las determinan. Que en al-Ándalus había ganadería es evidente, como también lo es la exigüidad de dicho sector en las fuentes escritas. El recurso al estudio territorial del fenómeno ganadero andalusí y al análisis de sus restos materializados en los depósitos arqueofaunísticos resulta esencial para tratar de comprenderlo.
Quisiéramos concluir suscribiendo las palabras de José M. Torres (22) cuando señala, al hablar precisamente de las posibilidades que el estudio zooarqueológico presenta en relación al conocimiento de la ganadería hispanomusulmana, que «la relevancia de tales análisis depende de la relevancia (sic) de los problemas que intentan resolver, y el potencial de cada una de estas técnicas viene determinado por las necesidades y estímulos de la investigación» (el énfasis es nuestro). Ha sido justamente a la presentación de una problemática histórica y la necesidad de estudiarla a lo que se ha dedicado el presente texto. Esperemos que el avance de la investigación en este sentido se vea reflejado en la adquisición de un mayor conocimiento sobre un aspecto de la historia andalusí que nos parece fundamental. Los estímulos para investigarlo son, por lo tanto, evidentes, pues creemos que ello es necesario y posible.

NOTAS
1. TORRES, J.M. (1988), “La zooarqueología”, en Barceló, M. (ed.), Arqueología medieval. En las afueras del «medievalismo». Barcelona, pp. 134-164.
2. ÁLVAREZ DE MORALES, C. (1990): “La zootecnia en los textos agrícolas árabes”, Ciencias de la Naturaleza en al-Ándalus. Textos y estudios, 1, pp. 81-91.
3. Lorenzo Cara señala un conjunto más amplio de factores que igualmente han contribuido a la concepción de ese “papel secundario” de la ganadería en al-Ándalus: CARA, L. (2009): “Huellas de pastores: observando los paisajes ganaderos en los «extremos» granadinos”, en Malpica, A. (ed.), Análisis de los paisajes históricos. De al-Ándalus a la sociedad feudal, 1, Granada, pp. 169-202.
4. BARCELÓ, M. (1989): “El diseño de espacios irrigados en Al-Ándalus: un enunciado de principios generales”, en Cara, L. (coord.), El agua en zonas áridas. Arqueología e historia, I Coloquio de Historia y Medio Físico, Almería, pp. 2013-2047.
5. CARA, L. (2002): “La ganadería medieval en el campo de Tabernas y Los Filabres”, en Trillo, C. (ed.), Asentamientos rurales y territorio en el Mediterráneo medieval, Granada, pp. 456-498.
6. NAREDO, J.M. (1996): “Sobre la reposición natural y artificial de agua y de nutrientes en los sistemas agrarios y las dificultades que comporta su medición y seguimiento”, en Garrabou, R. y Naredo, J.M. (eds.) La fertilización en los sistemas agrarios. Una perspectiva histórica, Madrid, pp. 17-34.
7. Cf: BARCELÓ, M.; KIRCHNER, H. y NAVARRO, C. (1996): El agua que no duerme. Fundamentos de la arqueología hidráulica andalusí, Granada.
8. NAREDO, J.M. (1996) op.cit., p.10.
9. BARCELÓ, M. (1989), op.cit.
10. CARA, L. y RODRÍGUEZ, J.M. (1989): “El ámbito económico del pastoralismo andalusí. Grandes aljibes ganaderos en la provincia de Almería”, Cara, L. (coord.), El agua en zonas áridas. Arqueología e historia, I Coloquio de Historia y Medio Físico, Almería, t. II, pp. 633-53.
11. MALPICA, A.; MORÈRE, N.; JIMÉNEZ, J. y GARCÍA-CONTRERAS Ruiz, G. (2011): “Paisajes de la sal en la Meseta castellana desde la Prehistoria a la Edad Media: el valle del Salado (Guadalajara)”, en Jiménez Puertas, M. y García-Contreras Ruiz, G. (eds.). Paisajes históricos y Arqueología medieval, 4, pp. 233-276.
12. VILLAR, S. (2011): “La alquería de Pera en época andalusí (El Temple, Granada). El análisis de los restos arqueológicos emergentes, la cartografía y las fuentes documentales escritas”, Debates de Arqueología Medieval, 1, pp. 45-72
13. MALPICA, A. (2011): “Poblamiento, agricultura y ganadería en el reino nazarí de Granada”, en Mattone, A. y Simbula, P. (eds.). La pastorizia mediterránea. Storia e diritto (secoli XI-XX), pp. 41-54.
14. Se pueden destacar trabajos como los siguientes: DAVIS, S., GONÇALVES, M.J. Y GABRIEL, S. (2008): “Animal remains from a Moslem period (12th/13th century AD) lixeira (garbage dump) in Silves, Algarve, Portugal”, Revista Portuguesa de Arqueologia, 11, 1, pp. 183-258; DAVIS, S. (2006): “Faunal remains from Alcáçova de Santarém, Portugal”, Trabalhos de Arqueologia, 43; CASAL, M.T., MARTÍNEZ, R. Y ARQUE, Mª (2009): “Estudio de los vertederos domésticos del arrabal de Saqunda: ganadería, alimentación y usos derivados (750-818 D.C.) (Córdoba)” Anejos de anales de arqueología cordobesa, 2, pp. 143-182; RIQUELME, J.A. (1992): “La fauna de época califal procedente de la catedral de Granada” Boletín de Arqueologia Medieval, 6, pp. 193-207; MORALES MUÑIZ, A., MORENO NUÑO, R. Y CEREIJO PECHARROMÁN, M. (1998): “Calatrava la Vieja: primer informe sobre la fauna de vertebrados recuperada en el yacimiento Almohade. Primera parte: mamíferos” Boletín de Arqueología Medieval, 2, pp. 7-48.
15. GARCÍA, M. (en prensa). “Aproximación al análisis zooarqueológico de Madinat Ilbira (Granada). Primeros resultados del estudio de un vertedero andalusí del siglo X”. Reunión científica: Sal, agricultura y ganadería: La formación de los paisajes rurales en la Edad Media, celebrada en La Malahá de 17 al 19 de enero de 2011.
16. CAMARÓS, E. y CUETO, M. (en prep.): “Arqueozoología y relaciones sociales: La búsqueda de lo social a partir de los restos arqueofaunísticos”.
17. O’CONNOR, T. (1992): “Provisioning urban communities: a topic in search of a model”, en Grant, A. (ed.) Anthropozoologica, 16, pp. 101-6.
18. MORENO-GARCÍA, M. (2001): “Sheep transhumance in medieval Spain: an ethnoarchaeological approach”, en Buitenhuis, H. y Prummel W. (eds.) Animals and Man in the Past, pp. 251-262
19. DAVIS, S. (2008): “Zooarchaeological evidence for Moslem and Christian improvements of sheep and cattle in Portugal”, Journal of Archaeological Science, 32, pp. 991-1010
20. BARCELÓ, M. (1997): “¿Por qué los historiadores académicos prefieren hablar de islamización en vez de hablar de campesinos?”, La prospección arqueológica, pp. 133-144
21. DAVIS, S., GONÇALVES, M.J. y GABRIEL, S. (2008) op.cit.
22. TORRES, José M. (1988) op.cit. p. 13

miércoles, 17 de julio de 2013

LA TUMBA DE BOABDIL

2013-02-17 14.17.36
Investigadores creen haber encontrado el enterramiento del último rey de Granada bajo un templo a las afueras de Fez


http://www.ideal.es/granada/20130302/local/granada/busca-tumba-boabdil-201303020017.html
El último rey moro de Granada, Boabdil "el Chico", murió en la ciudad marroquí de Fez en 1533, y su cadáver fue enterrado en un lugar donde ahora un equipo hispano-emiratí se propone sacarlo del subsuelo y de paso del desprecio con que la historia lo trató.
El proyecto es financiado por el emiratí Mustafá Abdulrahman y capitaneado por el cineasta español Javier Balaguer, quien prepara un documental y un largometraje de ficción sobre lo que llama "un hombre maltratado por la historia, pese a que le debemos la salvación de Granada y de la Alhambra".
Como es bien sabido, Boabdil perdió Granada en 1492, lo que significó el fin de Al Andalus, y se exilió con su familia en el vecino Marruecos, en lo que entonces era el Sultanato de Fez.
Sin mezclarse en luchas palaciegas de Fez ni desempeñar ningún cargo relevante, vivió 40 años más y murió discretamente en 1533, según refiere Virgilio Martínez Enamorado, que ha ejercido como asesor científico del proyecto hispano-emiratí.
Fue 150 años después cuando un historiador árabe llamado Al Maqarri, que decía haber conocido a los nietos de Boabdil, reveló que el rey depuesto había sido enterrado en una "musalla" (ermita) cercana a la Puerta de la Justicia de la medina de Fez, una de las más imponentes de la ciudad antigua.
La puerta ha cambiado de nombre, ahora se llama "Puerta del Quemado", pero la ermita sigue allí, en medio de un descampado que en los últimos días ha sido tomado por Balaguer, cámara en mano, y el geofísico Luis Avial, quien ha realizado una prospección del terreno con georradar y asegura que ya ha encontrado bajo la cúpula restos humanos de al menos dos esqueletos, más dos lápidas.
Las dos lápidas parecen ser un buen indicio, pues los sultanes y solían ser enterrados junto a algún santón, y esa ermita es conocida en el barrio como "la tumba de (el santo) Sidi Bel Kasem", aunque la memoria de Boabdil se haya perdido.
Sin embargo, la maraña burocrática marroquí -y, concretamente, saber quién da el permiso- ha impedido que los expertos puedan realizar una excavación arqueológico-forense y extraer restos que puedan pasar los análisis de carbono 14 y datar al menos su antigüedad, así como la edad o posible enfermedad que tenían esas personas al morir.
El ayuntamiento de Fez ha conminado a los diferentes ministerios potencialmente capaces de autorizar o bloquear las excavaciones -Cultura, Asuntos Islámicos, Interior- a que den una opinión definitiva para poder empezar las excavaciones la próxima semana.
El prestigioso forense vasco Francisco Echevarría, acompañado de un equipo de cuatro arqueólogos de la Sociedad Aranzadi, se ha comprometido con Balaguer a analizar los restos si llega el permiso, y asegura que en cinco días podrían extraerse huesos o dientes y su análisis demorarse solo dos meses.
Si se confirmara que en la ermita hay enterrado desde hace cinco siglos un varón de unos 70 años, podría entonces cotejarse su ADN con el de un hombre aún vivo y residente en México.
Este hombre asegura poder demostrar que pertenece al linaje de Boabdil, a partir de una hermana o una hija del rey granadino que tuvo que cristianizarse con el nombre de Isabela para permanecer en Granada, la cual tuvo un hijo con Fernando el Católico y sus descendientes "hicieron las Américas", siembre según Balaguer.
Existe además la posibilidad de buscar más restos del padre o el abuelo de Boabdil, que se saben enterrados en el castillo de la localidad de Almuñécar, cerca de Granada, asegura por su parte Abdulrahmán.
El mecenas emiratí -y es también la idea de Balaguer- quiere reivindicar la figura de Boabdil, ya que según él fue "un hombre de Estado, no un guerrero, un gran negociador que debe pasar a la historia porque prefirió, antes que la guerra, salvar la vida de todo un pueblo.
Abdelramán lamenta que Boabdil -proveniente de su verdadero nombre, que era Abú Abdallah o Abdillah en dialecto granadino de entonces- haya pasado a la historia como un cobarde o hasta un traidor, famoso por una anécdota que además es falsa: la de que su madre lo reprendió por "llorar como una mujer lo que no pudo defender como un hombre".
El emiratí prefiere subrayar que fue "un excelente político y un negociador" que supo preservar los derechos de los granadinos y que se llevó con él al exilio a varios miles de los que no quisieron quedarse en la Granada "reconquistada" (incluidos dos mil judíos).
"Fue un hombre víctima de las circunstancias históricas. Sería hermoso encontrar sus restos, pero, si no lo conseguimos, al menos habremos logrado que se hable sobre lo que fue: un gran hombre".

HALLADO UN NUEVO DINOSAURIO CON UNA GRAN NARIZ Y ENORMES CUERNOS







Fuente diario EL PAÍS


El animal era herbívoro, poseía una cabeza con una gran nariz y enormes cuernos

“Nunca se ha visto nada igual", afirma el científico que encabezó el descubrimiento

 

 Científicos de la Universidad de Utah han descubierto una nueva especie de dinosaurio, al que han llamado Nasutoceratops titusi porque poseía una cabeza con una gran nariz y enormes cuernos. Los paleontólogos han explicado que pertenece a la familia de los triceratops, aunque “está fuera de la norma de este grupo”.

Mark Loewen, autor principal de la investigación, ha explicado que los cuernos y la nariz de esta especie eran con mucho “los más grandes” de cualquiera de su familia de dinosaurios. Los cuernos se curvan hacia los lados y hacia adelante.
Loewen ha comentado: “Nunca se ha visto nada igual" y "ni siquiera se podría suponer la existencia de este animal". El estudio de la Universidad fue publicado en la revista quincenal Proceedings of the Royal Society.
Entre sus características, además de su enorme nariz y cuernos, destaca que el dinosaurio era herbívoro, medía unos cinco metros de largo, tenía una especie de cuello festoneado detrás de la cabeza y pesaba unas dos toneladas y media.
Los huesos del dinosaurio se hallaron en 2006 y no se había ratificado que se trataba de una nueva especie porque tardaron años en limpiar el fósil y reconstruir con precisión las características del animal, según Loewen, quien también trabaja para el Museo de Historia Natural de Utah.

Del Crétacico

Los fósiles fueron encontrados en rocas de unos 75 millones años, lo que ha permitido afirmar que el dinosaurio habitó la Tierra durante el período Cretácico.
Los expertos han señalado que los fósiles se hallaron en un desierto al sur de Utah, que una vez perteneció a un continente llamado Laramidia (que años más tarde pasó a formar parte de Norteamérica).
Este sitio es considerado como un lugar rico en fósiles, ya que se han hallado otros dos tipos de dinosaurios con cuernos y uno con pico de pato (hadrosaurios). Estos fueron encontrados cerca del Nasutoceratops titusi , lo que sugiere que las criaturas podían coexistir.

Workshop "Recovering Landscapes" (Belgrade, Serbia, 19-10 november 2013)






http://www.archaeolandscapes.eu

The EU Project ArcheoLandscapes Europe organises the workshop RECOVERING LOST LANDSCAPES - Seminar and workshop on the applications of historic aerial images

Place: Belgrade (Serbia), Institute of Archaeology (SANU)
Date: 19.-20. November, 2013

The ArchaeoLandscapes Project’s Workshop aims to bring together scientists, developers and users interested in and working with historic aerial images to introduce and discuss the developments of related data processing procedures and various applications.

Motivation:
Large areas of landscape have been lost over the last century as afforestation, urban expansion, land use change and building of reservoirs, amongst others, have destroyed or covered historic landscapes and ancient monuments. Historic aerial imagery is a privileged source for documenting and understanding these lost landscapes since it provides information that cannot be found anywhere else. However, working with these images presents technical challenges, for example in ensuring metrical accuracy in the absence of calibration data or modern maps.
This ArcLand technical meeting will take place over two days. The first day of papers will present examples of working with lost landscapes in a seminar-style setting with a strong emphasis on discussion. The second day will be in a workshop setting, aiming to discuss solutions to technical challenges.

Event:
The 2-day Workshop aims to cover a range of seminars and a workshop to give practical experience to students and users. The plenary talk will be set by Dave Cowley (RCAHMS, UK) and the practical workshop will be led by Gianluca Cantoro (Foundation for Research and Technology of Greece, GR and Leiden University, NL).

Workshop target topics:
- Aerial imagery processing (data processing methodological issues and challenges, analysis, interpretation)
- Archaeological applications, applications of historic aerial images
- Archives of aerial photographs: accessibility, data availability and utilisation

Participation:
The Organizing Committee of the ArcLand workshop "Recovering lost landscapes" has just released extension date for the submission of abstracts.

Extended abstract submission deadline: 31. July 2013.

In order to participate to the Workshop please send abstracts to TatjanaV@zrc-sazu.si and ivan.bugarski@gmail.com before 31. July 2013.

Keydates:
Extended abstract submission deadline: 31. July, 2013
Author Notification: 2. September, 2013
Full Paper Submission and Registration Deadline: 15. October, 2013
Workshop: 19. - 20. November, 2013

Meeting location and accomodation:
The meeting location will be at the Institute of Archaeology, Belgrade, Knez Mihailova 35. The institute is situated in the building of the Serbian Academy of Sciences and Arts, in the very center of Belgrade, in pedestrian zone. For accomodation we recommend the Palace hotel (http://www.palacehotel.rs/home_e.php), a nice old-fashioned hotel near the Academy where our guests may have 10 % discount. For further accommodation and practical information please contact ivan.bugarski@gmail.com.

Costs:
The Workshop is free of Registration fees.

Grants:
ArchaeoLandscapes Europe offers a small number of bursaries/grants to support students and young scholars to participate in ArcLand related events and activities.
See http://www.archaeolandscapes.eu/index.php/en/outreach/grants.html for more information on grants application.
Deadline for grants applications will be 12 August 2013, 14:00 h (Belgrade time).

Updates:
Updates will be available at http://www.archaeolandscapes.eu/index.php/en/outreach/workshops/341-recovering-lost-landscapes.html.

Feel free to forward this call to anyone who might be interested.

lunes, 15 de julio de 2013

PERÚ ACLARA EL MISTERIO DE LA PIRÁMIDE DESTRUIDA




Fuente BBC


La destrucción de una pirámide perteneciente al complejo arqueológico El Paraíso, el más grande y antiguo de la zona metropolitana de Lima, en Perú, fue reportada por la prensa nacional e internacional a comienzos esta semana. La noticia, sin embargo, mostró imprecisiones sobre la magnitud y gravedad de los daños.
En conversación con BBC Mundo, el viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales de Perú, Rafael Varón, confirmó que una pirámide de unos 4.500 años de antigüedad fue completamente demolida por "delincuentes".
"La pirámide fue destruida desde su base por delincuentes que ingresaron sin previo aviso y amenazaron a los arqueólogos", explicó el funcionario.
Se trata de la "pirámide número doce", una de las cuatro estructuras que han sido halladas en el complejo de El Paraíso, que tiene un área aproximada de 62 hectáreas.
El nombre de la pirámide fue la raíz de la confusión, pues daba a entender que en el complejo existían 12 pirámides, en lugar de cuatro. Según la explicación ofrecida por el viceministro Varón, el sitio arqueológico de El Paraíso está dividido en 12 áreas y la pirámide destruida se encuentra en la zona número 12.
A primera vista, la pirámide lucía como un montículo. "En la fotografía aérea se veía como una pequeña colina. Allí dentro se encontraba la estructura, tapada por tierra y pequeñas piedras. Ahora que eso fue destruido, lo único que queda es el cimiento. O al menos eso es lo que suponemos, porque no hemos excavado", explicó.

El día de la destrucción

"Quienes destruyeron la pirámide, que estaba completamente cubierta de tierra, utilizaron maquinaria pesada: un cargador frontal y una pala mecánica. Su altura era de seis metros y su base medía entre 2.200 y 2.500 metros cuadrados", informó el viceministro peruano de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales.
Según el relato oficial, los vándalos quemaron basura para ocultar lo que estaban haciendo. En esa zona arqueológica había criaderos ilegales de cerdos ("chancherías"), que unos días antes del suceso fueron retirados por la municipalidad de San Martín de Porres. Los desperdicios que quedaban fueron aprovechados para el incendio.
El Paraíso
Una edificación reconstruida por el suizo Frederic Engel, aproximadamente en 1965, es la más llamativa del complejo.
"Era un sábado por la tarde, en un horario en el que no se trabaja. Había un vigilante, contratado por el ministerio de Cultura, pero estaba en la zona central del complejo. Una asociación sin fines de lucro que presta su apoyo a la protección del sitio, llamada Kapaq Sumaq Ayllu, fue la que dio la voz de alerta. Aunque cuando llegó la policía la pirámide número 12 ya había sido demolida, se pudo evitar que continuara la destrucción", continuó Varón, quien aseguró que los delincuentes tenían la intención de destruir dos pirámides más.
El gobierno de Perú sostiene que en el sitio arqueológico de El Paraíso quedan aún otras tres pirámides en pie que no han sido desenterradas. Sin embargo, éstas no podrán servir de guía para la reconstrucción de la pirámide demolida, pues a estas alturas ya no hay manera de saber si era igual o no a las que lograron salvarse.

Paraíso antiguo

Se calcula que las pirámides de El Paraíso fueron construidas en la misma época que otros dos sitios arqueológicos de importancia en Perú, Caral y Kotosh, hace 4.500 años, aproximadamente.
"Estos vándalos tenían la intención de destruir dos pirámides más"
Rafael Varón, viceministro de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales de Perú
"Se supone que fue uno de los puntos en los que se dio el paso de la pesca, la caza y la recolección hacia la agricultura. Está ubicado a unos cinco kilómetros del mar, en un valle muy fértil del río Chillón. En las excavaciones que se han realizado, se han encontrado fogones con restos de comida, maíces muy primitivos, restos de comida marina y también de productos agrícolas", contó Varón.
La primera excavación en El Paraíso comenzó a mediados de la década de 1960, bajo la conducción del arqueólogo suizo Frederic Engel, quien vivía en Perú y trabajaba en la Universidad Nacional Agraria de la Molina.
Años más tarde, en diciembre de 2012, el Ministerio de Cultura de Perú retomó las excavaciones en el lugar. "Desde entonces se ha ido recuperando material, limpiando el sitio, mejorándolo en cuanto los aspectos paisajísticos", señaló.

Las sospechas

Los daños fueron causados por "delincuentes desconocidos", en palabras del viceministro Varón. Sin embargo, el viceministro comentó la denuncia a dos compañías inmobiliarias, Provelanz E.I.R.L. y Alisol S.A.C., realizada por el Ministerio de Cultura ante los tribunales, por ampliar su área de operaciones sin respetar la zona arqueológica.
Por el momento, ninguna de las dos empresas se han manifestado al respecto.
"Según la ley peruana, el propietario de un terreno tiene todo el derecho a su propiedad, pero debe excluir el área arqueológica, que no le pertenece al privado sino al Estado. Estas dos inmobiliarias son propietarias de este terreno que tiene en numerosos espacios áreas arqueológicas delimitadas y declaradas intangibles de acuerdo a ley", explicó el ministro.
"Lo que buscan, y eso lo sabemos porque nos han dirigido numerosas comunicaciones, es extender su dominio lo más posible. Incluso nos han propuesto donar parte de sus terrenos a cambio de que les dejemos otras zonas en donde también hay restos arqueológicos. Eso, evidentemente, no lo hemos aceptado", concluyó Varón.